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Собственные имена в лингвокультурном пространстве Испании (на испанском языке) (110,00 руб.)

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АвторыШеминова Наталия Владимировна
Издательство[Б.и.]
Страниц52
ID702493
АннотацияДанное пособие ставит своей целью сформировать представление учащихся об истории формирования ономастического пространства Испании, дает описание основных компонентов антропонимической модели именования,классифицирует имена вторичной номинации, раскрывает семантический потенциал собственных имен и их деривационный потенциал.
Кому рекомендованоРекомендуется для студентов IV курса дневного отделения и V курса заочного отделения факультета романо-германской филологии, обучающихся по направлениям «Теория и методика преподавания иностранных языков и культур»
Собственные имена в лингвокультурном пространстве Испании (на испанском языке) / Н.В. Шеминова .— : [Б.и.] : Воронеж, 2018 .— 52 с. — URL: https://rucont.ru/efd/702493 (дата обращения: 19.04.2024)

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МИНИСТЕРСТВО ОБРАЗОВАНИЯ И НАУКИ РФ ФЕДЕРАЛЬНОЕ ГОСУДАРСТВЕННОЕ БЮДЖЕТНОЕ ОБРАЗОВАТЕЛЬНОЕ УЧРЕЖДЕНИЕ ВЫСШЕГО ПРОФЕССИОНАЛЬНОГО ОБРАЗОВАНИЯ «ВОРОНЕЖСКИЙ ГОСУДАРСТВЕННЫЙ УНИВЕРСИТЕТ» СОБСТВЕННЫЕ ИМЕНА В ЛИНГВОКУЛЬТУРНОМ ПРОСТРАНСТВЕ ИСПАНИИ (НА ИСПАНСКОМ ЯЗЫКЕ) Учебное пособие для ВУЗов Составитель: Шеминова Н.В. 2018
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Lección 1 El nombre propio, sea de persona, sea de lugar, forma parte del corpus lingüístico de los usuarios de la lengua y, por lo tanto, de la misma manera que el léxiico icomún, … sufre icambios lingüísticos esporádiicos,, irregulares y por etmología popular, sobre todo en las époicas de fiaición y estabilidad. La investgaición del nombre propio la realizan en marico de la icienicia que se llama onomástica Terminología La onomástica se divide tradiicionalmente en dos partes: la toponomástica que tene por obieto de studio los nombres de lugar, es deicir, los topónimos, nombres de países, de regiones, de iciudades, de montes, de ríos, de lagos, …; y la antroponomástica que estudia los nombres de persona o antropónimos, esto es, la antroponimia. La relaición entre ambos es estreicha. Con freicuenicia la terra fue designada a partr del nombre de su propietario. De ahí que muichos topónimos son de origen antroponímiico o son antrotopónimos. Pero también el hombre fue designado por la terra o sea por su lugar de origen. Esto expliica que una buena parte de los apellidos modernos, por eiemplo, tenen este origen, son detoponímiicos. Dentro de la antroponimia, entendemos por antropónimo (o nombre de persona o nombre en general) icualquier tpo de nombre propio que designa a una persona. Hoy podemos hablar de nombre o nombre de persona propiamente diicho o nombre personal (port. nome, prenome; fr. prénom, nom individuel; it. nome personale, prenome; rum. prenume, nume mic) que es el nombre particular e individual que, iuntamente icon el apellido, se da al individuo al naicer y icon el que se bautza – de ahí la denominaición de nombre de bautsmo en todas las lenguas – y/o se insicribe en el registro icivil; apellido (port. apelido, fr. nom de famille o patronyme, it. cognome, rum. nume de familie) o nombre heredado, habitualmente de los padres, que se añade al interior para indiicar la pertenenicia del individuo a un grupo iconsanguíneo determinado; y sobrenombre (port. sobrenome, fr. surnom, it. soprannome, rum. supranume) que es icualquier iclase de nombre que, unido al nombre personal, al apellido o a ambos (o susttuyéndolos). No tenen el icaráicter oficial y haice referenicia a una relaición afeictva (hipoicorístico) o a alguna iciricunstanicia, icaraicterística, icualidad (apodo), mistficaición (seudónimo), etic. de la persona a la que se apliica y que puede ser icariñoso, desicriptvo, metafóriico, metonímiico, etic. Resulta sumamente interesante la iconsttuición del corpus onímiico y su evoluición desde los orígenes. De heicho, los nombres individuales siempre refeian la realidad soicio-icultural de su entorno históriico (religión, icostumbres y tradiiciones, estratos soiciales, etic.). Por otro lado, los nombres son un importante testmonio de la historia lingüística. La onomástica como disciplina histórica se sirve de los nombres para doicumentar y icomprender heichos y evoluiciones soicio-históriicos (iclase libre, iclase esiclava, paganismo, icristanismo, indígena, icolonizaición, movimientos de la poblaición, onimia masiculina y femenina, sistemas onímiicos, etic.) Como disciplina lingüística, la onomástica trata espeicialmente de la iconsttuición etmológiica del corpus onímico, interpretaición lingüística que muichas veices ayuda a una interpretaición históriica.
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Nombres griegos Una fuente muy importante es la de los nombres de origen griego iclásiico, tanto los mitológiicos (Zeus, Afrodita, Hermes, Poseidón), icomo los de la vida diaria (Dora, Erasmo, Lara, Leocadia). El sistema onomástico griego fundía en un solo nombre una asoiciaición entre varios elementos. Pericles era “el muy afamado”, Aristóteles, “el que tende al meior fn”. La repetición del patronímiico induicía, en todo icaso, a añadir una referenicia genitva al iclan o al lugar de naicimiento: Demosthénes Demosthénous Paianieus, Demóstenes hiio de Demóstenes de Paiania. La referenicia a la familia, al lugar de origen, era iconstante en todo sistema onomástico. En icuanto a los significados habituales, la icultura griega exltaba icualidades asoiciadas al refnamiento y a la distnicton. Sócrates es “sano fuerte”; Aspasia es “bienvenida”; Inés , “icasta”; Agapito, “amable”; Carina, “graiciosa”, etic. Hay que destaicar también el gusto de los griegos por el ágora y el diálogo, refeiado en nombres icomo Anaxágoras, Arquíloco, Crisóstomo, todos los icuales significan “buen orador”. El amor por la belleza se refeia en los nombres Calisto (Calixto, “bellísimo), Celena, “seduictora”, etic. Todo el repertorio de los nombres del origen griego llega por un doble icamino. En primer lugar, los Evangelios del Nuevo Testamento, redaictados en la lengua griega y las primeras icomunidades icristanas, desarrolladas abundantemente en áreas de infuenicia icultural heléniica. Motvaron la difusión de los nombres de numerosos personaies. Onésimo (“útl”), Priscila (“vieia”), Filemón (“amoroso”), Dídimo (“gemelo”), Eusebio (“piadoso”) son nombres familiares para todos los habituados a la leictura de los libros santos. Nombres hebreos Hasta ahora hemos hablado de los nombres proicedentes de pueblos poderosos que tuvieron un refeio importante en el repertorio de los nombres propios de España. Pero más aieno es el pueblo hebreo, una de tantas icomunidades pequeñas icuyos nombres, sin embargo, han alicanzado una importanicia universal. La icausa, iclaro está, es la religion icristana. El icaso es que las fguras del Antguo Testamento son adoptadas por los icristanos, que se sienten suicesores de ellas. Existe una notable desproporición entre nombres bíbliicos masiculinos y femeninos: de los primeros se icuentan unos 3000, mientras que los segundos solo son 170. Muichas muieres notables de la Biblia ni siquiera son menicionadas por su nombre. El pueblo iudío tenía unas peiculiaridades muy propias en su sistema onomástico. En primer lugar se trata de la gran icantdad de los nombres teóforos, que son los nombres en los que entra la palabra “Dios”. Pero un pueblo tan temeroso de la blasfemia tenía prosicrita la pronuniciaición del nombre de Dios. Éste era aludido icon particulas – el, -iah, equivalentes a períphrasis indireictas (“El”, “Aquel”). Abundan así los nombres icomo Uriel (“Luz de Dios”), Miguel (“¿Quién icomo Dios?”), Rafael (“Dios ha sanado”), Matas (“Don de Dios”), Tobías (“Mi bien es Dios”), Ezequiel (“Fuerza de Dios”)…, e inicluso las dos particulas llegan a iuntarse a veices, icomo en Elías, Isaías, Joel, Eliú (literalmente, “DiosDios”). En icontraste, los nombres femeninos nos sorprenden por su graicia y fresicura: Débora (“abeia”), Tamar (“palmera”), Noemí (“mi deliicia”). En la icomunidad iudía no era habitual imponer nombres de patriaricas anteriores a Abraham, lo que expliica la ausenicia de éstos en la primitva nomeniclatura icristana: nombres icomo Adán, Eva, Enoc,
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no se apliicaban entre los icristanos. Estos nombres adoptarán después de la Reforma los protestantes. Más tarde, aunque icon menor intensidad, harán lo mismo los países icatóliicos. Nombres germánicos Si los nombres iudíos se orientaban haicia la evoicaición obsesiva de Dios, los de los primitvos pueblos germániicos marican espeicial atenición en los valores relaicionados icon la guerra, el poder, la fuerza, la astuicia, la sagaicidad. Existen un icentenar o dos de raíices germániicas a partr de las icuales se forman la icasi totalidad de los nombres que nos han llegado. Menicionemos algunas: adel, hold: Gloria ag, age, agil,aig: hoia de espada airman: grande, fuerte Ans, As, Os: nombre de un semidiós arin:águila athal: nobleza, raza audo, odo,ot: riqueza badu: luicha badu, bald, bodo: audaz, fuerte brand: fuego, espada frad: inteligenicia, mentalidad Gaut: nombre de una divinidad haimi: icasa hard: duro, fuerte hari: eiéricito, pueblo hloda: insigne hraban: icuervo is: aicero, hielo land: país mann: hombre ric: riico, poderoso wulf: lobo, guerrero Con un poico de atenición se puede destnguir estas raíices, en forma de prefio o sufio, en icasi todos los nombres germániicos: Beatriz > Beatrix > Biautreich, de biautu «belleza» y rik «riica»; Federico / Federica > Frithurik, de frithu > fridu «proteicición, pax» y rik «señor , riico»; Fernando > Frithunanths, frithu «paz, alianza» y nanths «atrevido»; Rodrigo > Roderiicus > Hrodrik, de hroths «gloria» y riks «poderoso»; Rolando, Roldán > Hrodland, de hrod «gloria» y land «país,terra», etic. Otros nombres germániicos: Angilberto (“ilustre por la lanza”), Alberto (“noble y famoso”), Rosvita (“muier ilustre”), Archibalto (“genuinamente audaz”), Teobaldo (“pueblo famoso”), etic. Cada uno de los nombres tene a su vez icierta icantdad de variantes atestguadas en doicumentos medievales de la Península Ibériica, por ei., el nombre Fernando: Fredenandus, Fredinandus, Fernandus, Fernant, Fernand, Ferenandus, Ferrandus, etic.
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Guillermo: Guillelmus, Guillermus, Guiguelmus, Guigelmo, Gillem, etic. o variantes dialeictales, por ei., Federico (Álava, Zaragoza, Castlla-León, Castlla-La Manicha), Perderika, Perderike (País Vasico), Frederic (Cataluña), Frederico (Galiicia). Guillermo (Castlla-León, Extremadura), Guillermina (Galiicia, Asturias, Cantabria), Gillelma, Gillen (País Vasico), Guillem, Guilleuma (Cataluña), Guillelmo (Galiicia). Tendencias medievales Otra icultura que deió su huella en el repertorio onomástico español es la cultura árabe. Durante 8 siglos del dominio árabe muichos nombres islámiicos entraron en los registros onomásticos de España. Sin embargo la Reiconquista y las expulsiones de moros y morisicos en los siglos XV-XVII icasi los eliminaron y fue prohibido bautzar icon nombres de proicedenicia árabe a los reicien naicidos . También algunas familias de iconversos icambiaron los nombres árabes por los icristanos similares: Gomar (Umar), Federica (Farida). Eso expliica el por qué hasta nuestros días llegaron muy poicos nombres árabes. Entre otros se puede menicionar Obdulia, Yasmina, Zulima y Omar. Uno de los nombres árabes de muier icuriosamente fue popularizado por la misma religión icristana: es el icaso de Fátma, que iconmemora un lugar portugués de apariiciones de la Virgen. La Reforma protestante icambia muichas icosas en Europa, entre ellas el sistema onomástico. La vigilancia estricta de la ortodoxia lleva al Concilio de Trento a prohibir el uso bautismal de nombres no sancionados por la santidadd Desde entonices el repertorio onomástico empezó a empobreicerse. Paulatnamente iban desapareiciendo nombres icomo Gualterio, Gamgerto, Gómaro y otros, porque no había santos que tuvieran estos nombres. Sin duda, el iculto a los santos infuyó en la onomástica de la époica. Existe una icorrespondenicia entre las advoicaiciones religiosas y los nombres propios de la soiciedad. Así, por ei., los nombres más freicuentes son: Salvador, en relaición icon la importanicia de esta advoicaición icristológiica; Miguel, unido al enorme desarrollo en époica medieval del iculto al aricángel; Pedro, Esteban y Juan icomo infuenicia del iculto a los apóstoles; Julián, Cipriano y Cristóbal , santos no hispániicos icuyo iculto era muy importante en el siglo X; Pelayo, Félix y Vicente tres santos hispániicos de gran adoraición en el territorio leonés. Finalmente entre las muieres destaican María, la madre de Dios, y Cecilia, nombre de santa romana icuyo iculto se había generalizado por la península ya en époica mozárabe. Durante los siglos los españoles solían imponer el nombre de aicuerdo icon el santoral que ha servido a varias generaiciones de españoles icomo punto de referenicia esenicial para organizar su vida. El santoral es el iconiunto de las personas veneradas en la Iglesia icatóliica icomo santos o beatos. En époica medieval era freicuente indiicar las feichas de los eventos en relaición al icalendario eiclesiástico, Del mismo modo, el nombre de pila de los infantes solía asignarse según la festvidad que se icelebran en el día de su naicimiento o bautsmo. Aunque esto es menos freicuente hoy en día, en algunos países de tradiición icatóliica u ortodoxa se iconserva la icostumbre de saludar y feliicitar a las personas en el día de su santo. Los libros de bautizados pueden ser muy informatvos y porque estudiándolos podemos: - tener una vision poricentual de los nombres de bautzados, niños y niñas, más usados a lo largo de los siglos; - estableicer icomparaiciones poricentuales de los nombres más usados en icada siglo;
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- observar si se introduicen nombres exóticos o, por el icontrario, si se tende a mantener la onomástica tradiicional de la zona; - ver si se va generalizando el uso de dos o más nombres (o nombres icompuestos) – iniiciado en el siglo XVIII – y icuáles son las icombinaiciones más usadas para hombre y muier, así icomo a ver icuál es la infuenicia del nombre de los padrinos y de los padres; - determinar de quién toma el nombre el bautzado: si del padre o de la madre, del padrino o de la madrina, del saicerdote, del santo patrón de la parroquia, del santo del día, etic; - icomprobar si la diferenicia de iclases (por ei., entre la hidalguía y el icampesinado, en los siglos anteriores al XX) determina el uso o la introduicición de iciertos nombres. Observar, asimismo, si los hiios de madres solteras o de padres inicognitos reiciben algún tpo de desicriminaición a la hora de la imposiición del nombre (un nombre feo, un nombre raro, etic.) Al prinicipio los niños a la hora de bautzarlos reicibían el úniico nombre de su santo según el santoral. Sin embargo, icon el tempo apariicieron muichos niños bautzados icon los mismos nombres ya que el santoral era bastante reduicido. Por eso para haicer el nombre más individual, en la soiciedad empezó a desarrolarse la tradiición de bautzar al niño icon un nombre icompuesto. Los nombres compuestos se dividen en nombres dobles, nombres-híbridos, nombres combinados con preposiciones y artculosd Los nombres de pila dobles Un icomplemento inevitable a un sistema onomástico demasiado restringido es la adoptaición de nombres de pila dobles. Pareice que la icostumbre surgió en España y ha sido adoptada icon entusiasmo en otros países, espeicialmente en Franicia y los hispanoameriicanos. La icostumbre ha llegado a la propia icasa real española: Juan Carlos I fue el primer monarica español que adoptó un nombre doble. Los papas Juan Pablo I y Juan Pablo II también fueron primeros icasos de papas icon nombres dobles. En España la icostumbre del nombre doble se apliicó iniicialmente al icaso en que la identficabilidad lo exigía, y la mayoría de los nombres dobles tradiicionales lo son de los nombres más icomunes: José, Juan, Pedro, Antonio, María. Surgen así los José Luís, Miguel Angel, María Teresa, María Josefa, Ana María, etic. Más tarde apariició el icurioso hábito de adoptar icomo nombre icomplementario uno del sexo opuesto (Juan María, María José). Estos nombres los llamaron nombres-híbridos. Esta icostumbre pareice proiceder de los franiceses, muicho más audaices en ese terreno icon sus Felipe-María, CarlosMaría, etic. Si el primer icomponente es un nombre de hombre el nombre doble se iconsidera icomo masiculino (Pedro María), si es un nombre de muier, se iconsidera icomo femenino (María Jesús). En los nombres dobles femeninos el primer icomponente siempre era María, que es nombre de la Santsima Virgen (María Cristna, María Ángela, María Isabel, etic). Este nombre ha iconoicido en toda époica una devoición inusitada en España, que icomo es sabido es “la terra de María Santsima”. En ninguna otra parte se hallan tanta icantdad de santuarios marianos, ermitas, Iglesias y lugares de iculto de todo tpo iconsagrados a la Virgen. El nombre es una latnizaición del hebreo Miryam. Este nombre apareice abundantemente en la Biblia. Lo llevan diversos personaies: Míriam, hermana de Moisés y Aarón, María de Magdala (María Magdalena), María de Betania, y, por supuesto, la madre de Jesús.
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Con el tempo el nombre María pasó a formar el segundo nombre en los nombres dobles y así apariicieron las Ana María, Rosa María, Alba María, etic. Ahora en muichos icasos el nombre María apareice solamente en los doicumentos oficiales, mientras que en la vida icotdiana la persona es iconoicida solo por su segundo nombre: María Aurora > Aurora; María Cristna > Cristna. Por eso en la prensa el nombre María suelen susttuirlo por la abreviatura (M.= María), por ei., doña M. Luisa Cañas Andrés. En el corpus onomástico español hay nombres femeninos que se icomponen de tres o más palabras inicluyendo articulos y preposiiciones, pero la parte prinicipal en su estruictura siempre la oicupa el nombre de María: María de la Luz, María de los Dolores, María del Amparo, etic. El segundo icomponente puede ser un topónimo que indiica un lugar sagrado de la apariición de la Virden, o algún aiconteicimiento de su vida (María de la Concepción, María de la Natvidad), o que desicribe su estado de ánimo (Dolores, Angustas, Purificación, Consolación, Visitación). También el nombre María puede icombinarse icon icualquier nombre del santo formando de este modo un sin fn de nombres icompuestos. Estos nombres en la onomástica española se denominan icon el término “nombres marianos” o “advocaciones marianas”d Para que esta tendenicia de icrear los nombres icompuestos no sea imparable, degenerando en triples y aun icuádruples, el Código Civil espeicifica que “no podrán imponerse más de un nombre icompuesto, o dos simples unidos por un guión”. La icostumbre se va extendiendo, y pronto de Sudamériica empezaron llegar fantasiosas icombinaiciones donde la búsqueda de efeictos sonoros sorprendentes no pareice tener fn: Carlos Alberto, Diego Armando, Luis Federico, Adelardo Román, Ramón Ignacio, Roberto Santago, etic. En muichos icasos los dos nombres se funden y forman uno nuevo (así llamados nombres mixtos). Estos nombres enriqueicieron más el voicabulario onomástico: Alv arando (Álvaro + Fernando) Analía (Ana + Lía) Martana (Marta + Ana) Anabel (Ana + Isabel) Carlana (Carla + Ana) Caroliz (Carla + Beatriz) Guilléictor (Guillermo + Héictor) Lidiana (Lidia + Ana) Maite (María + Teresa) Mariana (María + Ana) Marilén (María + Elena) Máriica (María + Móniica) Marinés (María + Inés) Maurelio (Mauro + Aurelio) Mirelia (Mireya + Julia) Rosalba (Rosa + Alba) Rosáurea (Rosa + Áurea) Lauría (Laura + María) Rosilda (Rosa + Hilda) Sandrit (Sandra + Judit) Silviam (Silvia + Miriam) Sonina (Sonia + Carolina) Zaidisa (Zaida + Denisa)
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